A la mañana, después de desayunar, fuimos a la playa de Bakio en autobús. Después de estar tomando el sol un rato. Después, fuimos a San Juan de Gaztelugatxe, a donde volvimos a ir en autobús. Después de llegar a la cima, estuvimos un rato allí, donde varios compañeros del intercambio, decidieron tocar la mítica campana que hay en la ermita, la cual su cuerda estaba en un lugar inaccesible. Cuando varios miembros del grupo nos disponíamos a bajar, el guarda bosques de la zona decidió pararnos a varios del grupo para proceder a identificarnos. Sin tener ninguna prueba de ello, o tener en cuenta que todo los participantes del grupo no le habíamos dado a la campana. Después, volvimos a coger el autobús y volvimos a Portugalete.

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